En un giro irónico, el peronismo parece no encontrar un rumbo claro tras años en el poder. La falta de un referente que unifique a las bases y sea aceptado por todos se hace evidente, ya que estos líderes suelen definirse solo al alcanzar el poder.

En un intento por recuperar credibilidad, el peronismo decidió exhibir por primera vez a sus agrupaciones universitarias, que durante años fueron vistas como parias del kirchnerismo. Ante la actual falta de liderazgo, cualquier éxito debe ser mostrado como un triunfo en la interna.

Cristina Fernández de Kirchner convocó a los ganadores de los centros de estudiantes de la UBA, así como a las presidentas de las facultades de Arquitectura, Exactas y Sociales. Aunque parezca una foto más, la situación es significativa, dado el conocimiento público de la división entre Cristina y Alberto Fernández, una brecha que se profundiza en el resto del partido.

Un pedido particular llegó de la agrupación «La Centeno» de la Facultad de Derecho de la UBA que solicitó ser parte de esa reunión y foto. Sin embargo, Cristina no acepta «perdedores». Esto se debe a que la ex mandataria recuerda la posición que tomó la agrupación durante el gobierno de Alberto, cuando se alineó exclusivamente con él para ocupar un rol central en el peronismo de la facultad en detrimento de La Campora.

En un contexto de actores paralelos, «La Centeno» terminó en una reunión en la sede del Partido Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires, reafirmando su pertenencia política.

El «triunfo» del kirchnerismo resulta relativo en la Universidad, ya que el reformismo, liderado por Franja Morada y sus aliados, mantuvo su hegemonía en la mayoría de las facultades de la UBA y en la Federación de la UBA. En cambio La Cámpora solo logró conquistar dos centros de estudiantes. Por otro lado, los libertarios de Javier Milei, con poca participación en algunas instituciones, no obtuvieron buenos resultados en ninguna de las trece facultades. El oficialismo reformista apoyado por alianzas estratégicas y un fuerte arraigo en varias casas de estudio, retuvo el control de siete centros de estudiantes y de las principales facultades de la Universidad.