En un contexto económico y social desafiante, un estudio reciente revela que el 40% de los jóvenes argentinos de entre 25 y 35 años sigue viviendo con sus padres. Esta tendencia destaca las dificultades que enfrenta esta franja etaria para lograr independencia residencial en medio de un entorno económico incierto.

De acuerdo con un informe de la Fundación Tejido Urbano, en 2024, el 35% de los jóvenes aún no había logrado independizarse, según la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares (ENGHo) realizada por el Indec. Esto representaba aproximadamente 2 millones de personas.

El informe, que analiza las condiciones de vida de los jóvenes en Argentina, revela que una proporción significativa de esta población adulta aún depende del hogar familiar. Entre los factores que contribuyen a esta situación se encuentran el alto costo de vida, la inestabilidad económica y el mercado laboral limitado.

Vivir con los padres se ha convertido en una opción práctica para muchos jóvenes que enfrentan dificultades para cubrir los gastos asociados a la vida independiente, como el alquiler y los costos de servicios básicos. La persistente inflación y el elevado costo de los bienes y servicios han generado un entorno en el que el sueño de una vida autónoma se vuelve cada vez más complicado de alcanzar.

El estudio también indica que esta tendencia refleja una adaptación a las circunstancias económicas actuales, donde la independencia financiera y la estabilidad laboral son desafíos importantes para los jóvenes adultos. El fenómeno no solo resalta las presiones económicas, sino también los cambios en las dinámicas familiares y en las expectativas sociales sobre la vida adulta.

Mientras tanto, el debate sobre este tema pone de relieve la necesidad de políticas que apoyen la transición hacia la independencia económica y residencial de los jóvenes. Expertos sugieren que es crucial implementar medidas que aborden los problemas económicos subyacentes y que ofrezcan mayores oportunidades para los jóvenes en el mercado laboral.

A medida que la situación económica evoluciona, será importante observar cómo afectan estos factores a las decisiones de vida y a las perspectivas de los jóvenes adultos en Argentina. La capacidad para lograr una mayor independencia y estabilidad será clave para el bienestar de esta generación y para el futuro económico del país.